Un plan patrimonial no se trata solo de brindar tranquilidad a las personas que te importan, se trata de asegurarte de que nadie tenga que gastar una cantidad desproporcionada de tiempo en averiguar tus deseos finales.
Para muchas personas, la parte más difícil de armar un plan patrimonial es saber por dónde empezar.
“¿Debería contratar a un abogado?”, “¿Buscar un consejo financiero?”, “¿Cuáles deberían ser mis próximos pasos?”. Tres conceptos erróneos comunes impiden que las personas tomen medidas, pero al aprender más, se puede elegir el camino correcto.
Cuando se trata de planificación patrimonial, existe una gran brecha de conocimiento entre lo que la gente piensa sobre la planificación patrimonial y lo que realmente significa.
Mito 1: la planificación patrimonial requiere trabajar directamente con abogados
Muchas personas no se dan cuenta de que pueden crear un plan patrimonial sin un abogado. En nuestra era digital, es más fácil que nunca hacer uno.
Al igual que con la contratación de un abogado, existe una amplia gama de opciones para elegir cuando se trata de la planificación patrimonial digital. Al hacer un plan patrimonial, algunas cosas a considerar son la calidad de los documentos legales que se están creando y cuánta personalización se desea.
Mito 2: su costo es prohibitivo
El costo de crear un plan patrimonial generalmente se reduce a dos recursos: tiempo y dinero. Al igual que con otros servicios profesionales, como la contratación de un asesor financiero o contador.