1. Saber gestionar las emociones propias
Preguntarse cómo estoy o cómo me siento, y poder expresarlo. Esto ayudará a identificar si la persona está bien o mal, lo que contribuirá también al autoconocimiento y entendimiento de las emociones personales.
2. Ser resilientes
Adaptarnos a este nuevo entorno y realidad, es una capacidad que ayuda a mejorar la percepción sobre la pandemia y todo lo ocurrido a partir de ella. La muerte, el desamor, la soledad, entre otros, son episodios que afectan la vida de un ser humano, pero poder adecuarse a ello, resulta fundamental desde la perspectiva emocional.
3. Parar y compartir
Estar con el entorno más cercano, como la familia y amigos. La comunicación es primordial para evitar el desarrollo de trastornos emocionales y/o ansiosos. Tanto la empatía y el amor, ayudan a generar emociones y actitudes positivas.
4. Realizar actividad física
Tanto la actividad física como las técnicas de relajación, pueden ser una herramienta importante para mantener la calma. Éstas pueden ser rutinas cortas como bailar o jugar. También se puede añadir rutinas de ejercicios online, caminar dentro del hogar o practicar meditación.
5. Organizar la rutina de la semana versus la del fin de semana
El añadir una rutina y estructura, es la mejor manera de tomar el control sobre la salud mental. Es importante establecer hábitos saludables en cuanto a horarios de alimentación y sueño, manteniendo durante la semana la misma hora de levantarse y acostarse, pudiendo ser más flexible los fines de semana (en cuanto a horarios y alimentación).